Establecimiento del cultivo
El cultivo de la remolacha se establece a siembra directa en eras o bancales de 1 metro de ancho x 1 metro de alto y largo según la topografía del terreno. La distancia entre eras es de 1 metro.
Para una manzana se requieren 30 sobres de 1,500 semillas sembradas a una distancia de 10 x 10 centímetros entre plantas y surcos para obtener una población aproximada de 45,000 plantas.
Antes de la siembra es importante realizar una prueba de germinación poniendo a nacer 100 semillas, si de estas nacen 85, entonces es óptima para la siembra. Se recomienda remojar las semillas uno o dos días para estimular la germinación.
Prácticas de control de malezas
Es importante mantener el cultivo limpio durante todo su ciclo.
Los métodos para el control de malezas son:
- Manual entre las hileras: haciendo uso de palín pequeño o desyerbador manual, procurando no dañar las plantas y raíces.
- Manual entre las camadas haciendo uso de azadón o machete.
- Control químico como última opción, utilizando aquellos productos de banda verde que son menos perjudiciales para el ambiente y la salud humana.
Fertilización del Cultivo
El cultivo de remolacha es exigente en fósforo y nitrógeno. Se recomienda aplicar al momento de la siembra el 100% de fósforo y el 60% de nitrógeno.
En general se pueden aplicar las siguientes cantidades.
- Al momento de la siembra:
Aplicar 4 quintales por manzana de fertilizante completo 18-46-00.
- Segunda fertilización:
Aplicar 2 quintales por manzana de urea 25 a 30 después de trasplante.
Para complementar la fertilización es recomendable realizar aplicaciones de biofertilizantes líquidos, a razón de 2 litros por bomba y fertilizantes foliares a base de hierro, manganeso y boro.
Es recomendable aplicar prácticas de conservación de suelos y agua, siembras en curvas a nivel, uso de bonos orgánicos, NO QUEMA y rotación de cultivos.